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como cuidar la lavanda

Cuidados de la Lavanda: la planta aromática por excelencia

La lavanda es una planta con flores del género “Lavandula” con muchos nombres comunes que incluyen lavanda inglesa, lavanda verdadera y lavanda de jardín. El nombre “lavanda” se aplica a varias especies e híbridos diferentes dentro del género.

¿Cuáles son los diferentes tipos de flores de la familia de la lavanda?

La lavanda es una de las plantas más usadas en jardinería, pero también en la cocina. Con tantos tipos diferentes, vamos a conocer qué es lo que la hace única y para qué se puede usar esta planta con poderes medicinales, aromáticos y anti-mosquitos.

Tipos de lavandas:

  • Rastreante: la lavanda rastrera es una pequeña planta que se propaga lentamente y crece al sol o sombra parcial. A menudo se usa como cobertura del suelo y también es bastante buena para deshacerse de las malezas con su sistema de raíces.
  • Lavandin: es el nombre que se le da a un híbrido de lavanda verdadera. Este tipo de Lavanda suele caracterizarse por tener flores y hojas más vigorosas y en mayor cantidad, pero es estéril y no da semillas (solo se puede reproducir mediante esquejes).
  • Inglés: La lavanda inglesa es una de las variedades más populares con uso culinario porque tiene un fuerte aroma y sabor.

Cómo cultivar plantas de lavanda en tu propio jardín

Las plantas de lavanda han ido creciendo en popularidad en los últimos años. Tienen una fragancia dulce que se puede oler a distancia y también tienen flores muy atractivas que van del púrpura claro al azul profundo.

Para cultivar plantas de lavanda con éxito, lo primero que necesitas es mucho sol, suelo bien drenado y mucha agua. También debes asegurarse tener un suelo fertilizado al menos una vez al mes durante la temporada de crecimiento.

Cuidados de la Lavanda

La lavanda es una planta con flores y una hierba que crece con facilidad. A menudo se usa como aceite esencial o añadiendo sus flores en el agua del baño por sus propiedades aromáticas. Además, se puede utilizar para cocinar o como medicina.

La lavanda es una planta perenne que crece en muchas partes del mundo y que generalmente se cultiva como flor cortada, pero también se puede cultivar como hierba o como especia.

Para que la lavanda crezca de forma óptima es esencial seguir estos consejos:

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  1. No existe un lugar específico para plantar Lavanda, puedes hacerlo en maceta o directamente en el suelo, pero siempre con suficiente espacio para que crezca. Es importante que consideres que debes plantar las semillas seis semanas antes de que empiece el calor para tener raíces fuertes cuando éste llegue. Si te decides por plantar la Lavanda en una maceta, asegúrate que tenga agujeros para evitar encharcamientos, después llénala con tierra para semillas y materia orgánica.
  2. Es una planta que necesita mucho sol directo, por lo menos unas seis horas al día.
  3. La tierra debe contar con un buen drenaje y asegurarte que no acumula exceso de agua para no estropear la raíz. Evita los suelos arcillosos y ácidos y elige las superficies arenosas para una mejor filtración del agua que elimine la concentración de humedad.
  4. Riego: Hay que evitar siempre mojar sus ramas y flores para evitar la aparición de hongos. En cuanto a la frecuencia de riego, se trata de una planta que no es muy exigente y que se adapta a la mayoría de climas templados. La regla general es regarla una vez a la semana durante primavera y verano, y cada 15 días en otoño e invierno, aunque siempre adaptando a su apariencia.
  5. La poda: existen dos momentos ideales durante el año para realizar esta poda, el primero durante los meses de marzo y abril (momento en que deberían quitarse las ramas ubicadas en la parte superior de la lavanda, así como aquellas que estén secas). Y la segunda alrededor del mes de septiembre (una vez haya pasado la floración). En ese momento debes deshacerte de las espigas secas y limpiar bien el arbusto para que este quede compacto y bonito. La finalidad de la poda de la lavanda es alargarle el tiempo de vida y asegurar una mayor floración y un aroma intenso.

Es importante ir retirando las hojas marchitas para evitar que la planta gaste energía en ellas y pierda su capacidad de florecer.

 

 

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