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cambio climatico y covid

El cambio climático y su relación con el COVID-19

El aumento progresivo y sin freno de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero provocan un aumento de la temperatura global en nuestro planeta y el consecuente cambio climático. Todo esto influye directamente en nuestra biodiversidad, incidiendo, modificando y alterando de forma directa el crecimiento de las plantas.

De hecho, algunos estudios recientes como el de la revista Science of the Total Environment apuntan a que el cambio climático puede haber sido un factor determinante en los brotes de virus, entre ellos el SARS-CoV-2, causante de la pandemia de COVID-19.

Los autores de la investigación apuntan a que durante el último siglo este calentamiento del planeta provoca que el sur de China sea un punto clave de acceso para los coronavirus transmitidos por murciélagos (una de las posibles causas que se barajan de la posible pandemia actual) al impulsar el crecimiento del hábitat forestal favorecido por estos animales. Actualmente, la población a escala global de murciélagos porta alrededor de 3.000 tipos diferentes de coronavirus y cada especie de murciélago alberga un promedio de 2,7 coronavirus, la mayoría sin mostrar síntomas.

La importancia de prevenir pandemias a través de la lucha contra el cambio climático

Muchos especialistas concluyen que prevenir pandemias a través de la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad es mucho más barato y eficaz que enfrentar brotes como el de la COVID-19; además de que presenta grandes ventajas para la salud de las personas y el planeta.

Afirmaciones como la de Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y presidente del taller de IPBES  no dejan lugar a dudas:

“No existe ningún gran misterio sobre la causa de la pandemia de COVID-19 o de cualquier pandemia moderna. Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgo de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente”

Cuidar el medio ambiente para cuidarnos a nosotros mismos

Para evitar, o al menos conseguir reducir, futuras amenazas mundiales para la salud pública, cada vez más voces apuntan a la necesidad de modificar o intentar disminuir actividades humanas que impulsan la pérdida de biodiversidad.

Debemos potenciar acciones dirigidas a una mayor y mejor conservación de áreas protegidas, bosques y en general zonas verdes de nuestro planeta, así como favorecer a una reducción de la actual explotación insostenible.

No hay que olvidar que nuestros bosques cumplen un papel fundamental en el proceso de extraer de la atmósfera el CO2 y de producir oxígeno. Pero a la inversa, además, la deforestación y quema de bosques aumenta las emisiones de CO2.

 

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